SOBRE NOSOTROS

Graduada del Instituto Franco-Europeo de Quiropráctica en 2020.
Después de seis años de estudio, colaboré en diferentes empresas antes de abrir mi propio centro en Lyon, Francia. En 2024 decidí reunirme con mi pareja en Ibiza y trabajar juntos.

Mi misión es apoyaros lo mejor posible, liberando vuestro sistema nervioso para que el cuerpo pueda funcionar a su máxima capacidad. Me fascina el funcionamiento del cuerpo humano. Tanto física como fisiológica y mentalmente.

También me formo continuamente en el cuidado de bebés, niños y mujeres embarazadas. La quiropráctica es de gran importancia durante las diferentes etapas del desarrollo y especialmente durante embarazo.

Me capacito continuamente en diferentes técnicas y enfoques a través de seminarios, certificaciones y conferencias. Esto me permite disponer del máximo número de herramientas para garantizar una atención de calidad y adaptada a cada uno de mis pacientes.

De padres franceses y corazón ibicenco, volvió a su casa nada más acabar la universidad para hacer lo que más le gusta, ayudar a sus pacientes a gozar de una salud excelente.

De pequeño se le daba muy bien la natación, hasta el punto de competir a nivel nacional. Pero cuando se intensificaron los entrenamientos, aparecieron dolores de espalda y tuvo que acudir a fisioterapeutas. A pesar de las distintas soluciones que se le dieron, estos dolores seguían presentes.

Fue durante un viaje a Florencia, que su tía Therese Belline, quiropráctica de reconocido nombre, le prodigó sus primeros ajustes quiroprácticos, que no sólo le aliviaron los dolores, sino que también, le guiaron a lo que ahora mismo es su profesión y su pasión. Y es que, desde muy pequeño, Roman ya sabía que lo que quería hacer en un futuro, ayudar a los demás de forma natural y a través de sus manos.

Sin embargo, el cambio más impactante en su salud se produjo en 3º año de carrera quiropráctica, cuando sus dolores de barriga y problemas digestivos (que para él nada tenían que ver con la columna y el sistema nervioso) desaparecieron gracias al cuidado de un profesor quiropráctico.

Desde entonces, Roman se ha apasionado para aprender nuevas técnicas para ayudar lo mejor posible a sus pacientes. Además de los 6 años académicos, lleva más de 30 seminarios orientados en entender mejor el cuerpo humano, su funcionamiento y el camino más corto hacia la plena salud.